Tras el descanso en Hockley Heath, decidimos dedicar la mañana a hacer un poco de turismo antes de encaminarnos al norte de Gales. Y el objetivo más cercano es el Castillo de Warwick. En una mañana de sol y buena temperatura, nos encaminamos hacia este monumento privado, perteneciente a la más antigua aristocracia inglesa, mitad fortaleza, mitad palacio. Se nos muestra tanto las mazmorras, las almenas y los torreones, como escenas cotidianas de lo que fue la vida en sus salones a finales del XIX y principios del XX.
Son numerosas las personas que acuden a visitar el Castillo a pesar del elevado precio de la entrada. Se pueden ver grupos de escolares, mezclados con los numerosos turistas, que pasan la mañana viendo demostraciones diversas de la vida en el castillo, como el funcionamiento de una catapulta o el arte de la cetrería.
Desde las almenas del castillo, tenemos vistas de la coqueta y cuidada ciudad de Warwick, así como de los alrededores del castillo donde un río hace mover una noria que conectada a una turbina proporciona energía a las instalaciones.
En fin, una visita interesante que nos anima a seguir con el viaje manteniendo la ilusión de conocer nuevos sitios y gentes.