El lugar resulta ser el reino de lo kitsch, una mezcolanza de edificios que pretenden estar basados en la arquitectura del Mediterráneo, cuando no en lo oriental. No son de verdad ni los barcos amarrados en el puerto. Nos sentimos un poco estafados. Quedáis avisados.


Para desquitarnos un poco, optamos a continuación por un poco de paisaje y naturaleza, y nos internamos en lapenínsula de Lleyn. El tiempo no acompaña, y conforme nos acercamos al extremo de la misma, en Mynydd Mawr, la niebla amenaza y limita la visibilidad.

Las carreteras son estrechas, los puntos de referencia escasos, tardaremos en salir de aquí. Espero que enCaernarfon, nuestra siguiente etapa, tengamos un poquito de sol y buen tiempo.