Stratford-upon-Avon, una coqueta y cuidada ciudad de las Midlands inglesas, es especialmente conocida por ser el lugar de nacimiento del bardo, del gran William Shakespeare. Por lo tanto, es inevitable acudir a ver la casa donde el gran autor nació.
Sin embargo, en una cálida mañana de verano, con sol y buen tiempo, es obligatorio dar un paseo por sus canales, rodeados de jardines, siempre llenos de gente que disfruta del buen tiempo... cuando hace buen tiempo.
Finalmente, decidimos ir a presentar nuestros respetos al egregio artista, pero un oficio religioso en la capilla donde se encuentran sus restos nos lo impide. Otra vez será.
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